MIGUEL JOTA
La revolución liberal y la medicina natural
“Compañía!!! Soldado González!! El parte!!” Aquel viejito de rostro enjuto, ropa raída,
camisa de algodón y pantalón de dril, de zapatones y anteojos con lentes quebrados,
sudado y con un saquito de bramante al hombro, y con la lengua enredada como un loro
se contestaba a si mismo:
“Arancibia, Pedro!! Bermúdez, José!! Carrasco, Toribio” y asi en orden alfabético por apellidos hasta que llegaba a
Era el ultimo soldado zelayista que continuaba recordando esa gesta a comienzos de la
década de los años cincuenta en Bluefields y, muchos confirmaban que en efecto el
había participado en ella.
Después de la retahíla que hacia a voz en cuello procedía a ofrecer: “Llevo raíz de
cuculmeca, cáscaras de jiñocuabo, hombre grande, zarzaparrilla, infundia de gallina”
Los chavalos se reían de el y gozaban cuando en posición de firmes y con su saludo
militar pregonaba los nombres de sus compañeros de armas.
También se reían de las raíces, cáscaras, hierbas y toda clase de remedios que cargaba
en su saquito.
Ya la medicina moderna y las medicinas de patente que se ofrecían en la farmacia
habían penetrado el mercado y toda la gente para curarse de sus males tomaba una
pastilla, se ponía una inyección, tomaba un jarabe o lo que le recetaran los doctores.
Mucha de la botánica que cargaba en su saquito era legítima, era un alma en pena, era
un desplazado por la modernidad, por el progreso.
De lo que no nos dábamos cuenta muchos era que, esa medicina moderna, de patente a
la larga era química nociva que aparentemente te quita el mal, pero no cura, no sana y
más bien tiene efectos colaterales, te quita la inflamación superficialmente pero esa
infección penetra el organismo y subsiste, para poner un ejemplo y, asi con todas las
enfermedades y tratamientos modernos.
En cambio la que ofrecía MIGUEL JOTA, era medicina natural, que tarda más tiempo
para curar pero que sana de verdad.
Así este abandonado de la suerte, del liberalismo, a como aparecía desaparecía, se iba
montaña adentro, cuando las montañas en los alrededores de Bluefields eran
impenetrables, se perdía por temporadas y de repente aparecía con su nuevo alijo, ese
era su modo de vida, de eso vivía, andaba una fortuna en su saquito y nadie se daba
cuenta.
Nunca se supo que se hizo MIGUEL JOTA, de repente dejo de salir a la calle y
desapareció, nadie le hizo ningún reconocimiento militar que se sepa, tampoco
Salubridad Pública
González, Miguel Jota!!!
Presente!!!
Juan Arana Vogel
Reparto El Carmen
Managua, Nicaragua
25 de septiembre de 2010
Después de Mathew
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