domingo, 26 de septiembre de 2010

MIGUEL JOTA

MIGUEL JOTA

La revolución liberal y la medicina natural

“Compañía!!! Soldado González!! El parte!!” Aquel viejito de rostro enjuto, ropa raída,

camisa de algodón y pantalón de dril, de zapatones y anteojos con lentes quebrados,

sudado y con un saquito de bramante al hombro, y con la lengua enredada como un loro

se contestaba a si mismo:

“Arancibia, Pedro!! Bermúdez, José!! Carrasco, Toribio” y asi en orden alfabético por apellidos hasta que llegaba a la G, “González, Miguel J!!” y continuaba así hasta el nombre del ultimo soldado que había participado en la revolución liberal junto a el, en el Ejercito del General José Santos Zelaya.

Era el ultimo soldado zelayista que continuaba recordando esa gesta a comienzos de la

década de los años cincuenta en Bluefields y, muchos confirmaban que en efecto el

había participado en ella.

Después de la retahíla que hacia a voz en cuello procedía a ofrecer: “Llevo raíz de

cuculmeca, cáscaras de jiñocuabo, hombre grande, zarzaparrilla, infundia de gallina”

Los chavalos se reían de el y gozaban cuando en posición de firmes y con su saludo

militar pregonaba los nombres de sus compañeros de armas.

También se reían de las raíces, cáscaras, hierbas y toda clase de remedios que cargaba

en su saquito.

Ya la medicina moderna y las medicinas de patente que se ofrecían en la farmacia

habían penetrado el mercado y toda la gente para curarse de sus males tomaba una

pastilla, se ponía una inyección, tomaba un jarabe o lo que le recetaran los doctores.

Mucha de la botánica que cargaba en su saquito era legítima, era un alma en pena, era

un desplazado por la modernidad, por el progreso.

De lo que no nos dábamos cuenta muchos era que, esa medicina moderna, de patente a

la larga era química nociva que aparentemente te quita el mal, pero no cura, no sana y

más bien tiene efectos colaterales, te quita la inflamación superficialmente pero esa

infección penetra el organismo y subsiste, para poner un ejemplo y, asi con todas las

enfermedades y tratamientos modernos.

En cambio la que ofrecía MIGUEL JOTA, era medicina natural, que tarda más tiempo

para curar pero que sana de verdad.

Así este abandonado de la suerte, del liberalismo, a como aparecía desaparecía, se iba

montaña adentro, cuando las montañas en los alrededores de Bluefields eran

impenetrables, se perdía por temporadas y de repente aparecía con su nuevo alijo, ese

era su modo de vida, de eso vivía, andaba una fortuna en su saquito y nadie se daba

cuenta.

Nunca se supo que se hizo MIGUEL JOTA, de repente dejo de salir a la calle y

desapareció, nadie le hizo ningún reconocimiento militar que se sepa, tampoco

Salubridad Pública

González, Miguel Jota!!!

Presente!!!

Juan Arana Vogel

Reparto El Carmen

Managua, Nicaragua

25 de septiembre de 2010

Después de Mathew

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