lunes, 28 de febrero de 2011

PERSONAJES Y LEYENDAS DE BLUEFIELDS

PERSONAJES Y LEYENDAS DE BLUEFIELDS

Marihuana.

Era alto, andrajoso y cabello largo. Usaba un sombrerito y unos zapatos viejos. Llegaba mucho donde “Moralitos” (uno de los mejores sastres que hubo en Bluefields, según mi padre). Quien sabe por que le pusieron ese apodo. Era a mediados de los cincuenta comienzos de los sesenta. De lo que si estoy seguro es que se adelanto a la generación de los 70. No se si fumaba la hierba. Pero así le decían.

Zompopo

Este señor era alto y gordo y siempre cargaba algún chunche viejo de hierro, latón o lo que fuera para su taller de mecánica o torno. Supongo que por eso le encajaron el mote de “Zompopo”. Su nombre era Eduardo Gutiérrez. Dicen que era muy jocoso. Todas las mañanas de mañanita estaba cerca del muelle municipal charlando con el Padre Vidal y otros señores en la bajada del mercado exactamente en el predio vacío contiguo a la casa de Adán Calonje.

Los Obando.

Eran originarios del Pacifico, y trajeron a Bluefields la tradición de San Jerónimo junto con Nelson, que era de Nandaime. Todos los treinta de septiembre lo celebraban con diablos, machos ratones, viejas nalgonas y hasta con una gigantona. Francisco, Romualdo y Simona se llamaban. Francisco cuando se echaba sus piquiñuquis o estaba maiceado le daba por declamar. Romualdo era agrimensor.

Guinsen (Vincent)

Vestía un saco andrajoso y recogía todo tipo de papeles. Según me contó mi Mama, el era sano y jugaba basquetbol, y que una vez bien sudado se baño con agua del tanque que tenían los hermanos en el Colegio San José, y que así comenzó su enfermedad.

Sam

Portaba una harmónica, la cual ejecutaba sin ninguna melodía. Y después quedaba viendo con su mirada ingenua y enseñaba los dientes y las encías no muy limpios.

El chino culebra

Pelón, encorvado y con un bastón. Los chavalos lo molestaban y el les contestaba en su español con acento chino, en las décadas de los cincuenta y sesenta. Alguien me comento que en años anteriores, en la casa de tres pisos, que estaba frente al costado oriental de Wing Sang, en el sótano había un fumadero de opio y que el era uno de los asiduos visitantes.

Walimoh

Waldemar Downs, de oficio hojalatero, hacia fogoneros de los barriles vacíos de gasolina o aceite. Era un hombre fuerte con gran fama de Homo Eroticus, Supermacho por sus dotes viriles. Los chavalos decían en la escuela: ___Anda que te coja Gualimoh___

La Mela

Era alta, espigada, de caminar erguido tipo cadete, era una estaca de piel de Ebano. Los muchachos mayores, por bandidencia, a los inexpertos los invitaban a ir a El Pool a un paseo; y ya puestos allí se los entregaban a la Mela y ella se encargaba de hacerlos hombrecitos.

EL TESORO DE EL POOL

Se decía que en tiempos de los piratas una vez eran perseguidos por alguien y que se fueron allí y enterraron un enorme tesoro arrebatado a un galeón español. Que el dirigente del grupo puso a sus secuaces a enterrar el tesoro y para mejor seña pusieron la piedra como señal. Que uno a uno, con engaños, se iban eliminando y que al final solo quedaron dos y que uno elimino al otro y, que como maldición el último se fue y nunca pudo regresar al lugar.

Ocasionalmente se aparecía algún desconocido en busca del tesoro. El último, a quien yo conocí, vivió en el Barrio Central, era de origen granadino, de apellido Cabrera y tenia algunos recursos. Dicen que comenzó a excavar y contrato operarios que nunca pudieron dar con el fondo de la poza.

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